jueves, 11 de junio de 2009

El silencio

A veces, en la vida, se te presentan encrucijadas. Situaciones clave cuya decisión sabes cambiará drásticamente el curso de los acontecimientos. Bifurcaciones en el camino que crean uno nuevo.
Son de tal poder e importancia, que en el instante que se plantean sabes de su transcendencia en el trayecto de tu existencia.

En mi vida sólo he tenido tres grandes bifurcaciones de mi camino, y curiosamente, las tres ocurrieron en el intervalo de dos años. Quedarme y continuar, negar y, yo creo la más importante hasta la fecha, la que me hizo padecer una noche de insomnio un lunes de Julio del 2003, la última de las grandes decisiones de mi vida hasta la fecha y la que ha marcado plenamente lo que soy y lo que seré.


En numerosas ocasiones me he cuestionado las tres decisiones, pero no me he arrepentido porque también estas decisiones me han hecho vivir los mejores momentos, que de otra manera nunca hubieran ocurrido.

En cambio, otras veces, sabes que
una palabra tuya puede cambiar el rumbo de los acontecimientos, pero callas y no hablas.
Esto me ha pasado más veces. Numerosas veces. En algunas ocasiones he herrado y en muchas el silencio ha sido mi aliado.

Aquel de 2 de Noviembre, podía haberme sincerado en mi blog. Haber sido completamente sincera porque nadie, absolutamente nadie, hubiera tenido idea de lo que estaba escribiendo. Es lo que tiene la "retórica".
El lector, cree saber de lo que hablas. Pero el lector es un tonto que no se entera absolutamente de nada porque todo lo que dices es una gran metáfora. Aunque te conozca. Aunque este cerca de ese rinconcito privado.
Esa sensación curiosa e irónicamente, sólo la he tenido ahora porque a pesar de seguir y de decidir que seguiría, la curiosa sensación no la tenía.
A pesar de silenciarme, esta vez, no he tapado ese saber interno que me muestra el futuro y a pesar del de venir de la vida y de las extrañas y oscuras circunstancias, sé que
el silencio no fue en vano porque somos seres libres en la toma de nuestras encrucijadas enfrentados irremediablemente a un destino más poderoso que la aparente libertad.

“P.D. Hay algo que quiero decir. Algo que me ronda la cabeza”

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