martes, 19 de mayo de 2009

C u m p l e a ñ o s

Me he levantado con el pelo revuelto, con ojeras y malos humos. Vamos como siempre. Pis y me he mirado en el espejo. Misma cara que ayer y espero que mañana. "Es mi cumpleaños." [bueno todavía no pero en 3 días lo es xd no importa]

El mundo mundial que me rodea, se piensa que el que no me guste mi cumpleaños es una
pataleta de niña pequeña. Puede. Pero tengo poderosas razones para que no me guste este día:

-Cuando era pequeña, con mi lógica aplastante de niña precoz de seis años, asociaba el cumplir años a hacerse viejo y por tanto a morirse. Dicen que los niños pequeños no piensan en abstracto y por tanto no contemplan la muerte. Yo le digo a esos psicólogos, que y un cuerno de vaca sagrada. Me aterraba quedarme sola. Por tanto si no había cumpleaños, nadie se hacia viejo y todos viviríamos felices para siempre.
La culpa de este razocinio aterrador, la tenían dibujos aparentemente naïf como Heidi y Marco, que en el fondo han causado mucho daño a la infancia (quizás sea mejor la violencia y el sexo gratuito que ven ahora nuestros niños, nada de mensajes subliminales con peluches y golosinas, la realidad al descubierto)

-No me celebraba el cumple porque si lo hacía, los niños me invitarían a los suyos y fomentaban el consumismo gratuito, el gastar por gastar. Daba igual. Si es que yo no me convertí en la marginada de milagrito. Gracias a mi personalidad arrolladora (era una listilla mandona que pegaba voces, vamos, lo que se conoce como la delegada de la clase) los niños no me hacían el vacío (moobing que se diría ahora) y me invitaban a los suyos.
Aún así he celebrado alguno. Todos, y digo todos han acabado en desastre. Siempre la que más ha llorado, yo (que para eso es mi día coño!).Con estas premisas, normal que este día me guste más bien poco. Me paso el día alerta por si se produce algún desastre.

-Además es muy deprimente.Ya digo que siempre fui precoz, con cinco años leía y pensaba en la muerte…

-Cuando yo era precoz, me imaginaba a la gente casada y con marido, niños, casa, coche y perro. A mi me dicen hoy que me dan marido, niños, casa, coche y perro y voy, cojo el cuchillo matancero, y me corto las venas en canal.Me imaginaba eso, porque los veía “maduros”. Yo hoy soy lo opuesto a la madurez. Tengo un disfraz muy bonito de "madurez", pero es fachada. ¡A mi me gusta todavía comer golosinas y salir con mis amigas a jugar a cualquier pendejada!... Además mi planta favorita de los almacenes Corty es la de juguetes, no me gusta lo oscuro, veo los Rugrats por Nickelodeon y los chicos.... aún, me dan susto.

-Hacerse mayor no mola ni un poquito. A pesar de los tacones y del Vogue Paris. A pesar de que los chicos no te dan asco y hasta te gusta jugar con ellos. A pesar de la libertad de pensamiento y decisión. Hacerse mayor, lleva implícito, inevitablemente perder la inocencia y ganar en la amargura que arrastra la libertad y la vida. Pero quedarse estancado en una infancia perpetúa, es aún mucho peor que crecer y asumir tus decisiones. FELICIDADES!

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